miércoles, 10 de mayo de 2017

00478 A la Segunda Va la Vencida

CHURROS DE PATATA CON PARMESANO


Vi y aprendí su elaboración en el facebook de mi prima María Pilar. Me llamó la atención su sencillez y aparente buena pinta. Me hizo gracia la propuesta, hice acopio de ingredientes y me puse manos a la obra. No tenía patatas suficientes, así que opté por hacer un puré con copos de patata. Añadí los ingredientes que indicaba la receta, introduje la masa resultante en la churrera, calenté aceite y empecé a hacer los churros. ¡Qué churro de churros salieron! ¡Qué desperdicio! ¡No había por donde cogerlos! No merecían ni una triste foto para muestra del desaguisado culinario. Los comimos.  En casa no tiramos nada, pero qué despropósito. De sabor no estaban mal, pero de aspecto eran horribles.
Al día siguiente volví a visionar el vídeo. La cosa estaba meridianamente clara. Había que hacerlos con patata natural y conseguir una masa homogénea, suave y consistente. Reconozco que para según qué cosas soy algo terco. Una elaboración tan sencilla como esta no podía vencerme. Adquirí patatas y seguí paso a paso y sin más añadiduras, las indicaciones del vídeo.

Primero los ingredientes: 1 kilo de patatas, 160 gramos de queso parmesano rallado, 2 huevos, 6 cucharadas de leche, 2 cucharadas de Maizena, sal, pimienta y aceite para freír.

Cocí las patatas, las machaqué bien con la ayuda de un tenedor y les fui añadiendo el resto de ingredientes. Mezclé bien hasta conseguir un puré suave y consistente. La masa resultante tenía mejor aspecto que la del día anterior. Iba por buen camino. Rellené la churrera con la masa y empecé a hacer churros sobre la sartén con aceite bien caliente. En esta ocasión, la masa del churro no se "espachurraba" y se le podía dar la vuelta en la sartén con suma facilidad. La cosa prometía. Salieron ocho apetitosas, crujientes y doradas roscas. 
Cuando llegaron las niñas a comer y vieron los churros sobre la mesa, en los ojos se les dibujaron chiribitas y en sus bocas una exclamación: "¿Churros para comer?. Sí, churros de patata con queso parmesano, acompañados con una salsa de tomate picante de bote. Dimos buena cuenta de los churros. Creo recordar que solo quedó una rosca que no llegaría a la cena. Eso sí, cada rosca una bomba de relojería. 

Mereció la pena y una vez más se cumplió el dicho de "a la segunda va la vencida"






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