domingo, 2 de abril de 2017

00461 Las Salchichas

DE CARNE DE CERDO

Posiblemente no tengan demasiado recorrido. Tan anónimas, tan sencillas y humildes. Es casi un alimento amigo, de esos que te acompañan toda la vida. Un producto socorrido, de apaño, como el que no quiere la cosa. Siempre están allí para un apremio, para una desgana, para un con cualquier tontería me conformo. De tan escasa impronta que pasan desapercibidas, sin apenas importancia. Será por todo esto que me gustan. Por esto y porque son excepcionales, máxime cuando das con la chacinería que se alía en la elaboración con tus preferencias y gustos. Y hace muchos años que la encontré. Bueno, para no faltar a la verdad, me vino heredada.

Hace ya algunas fechas traje a este blog mi gusto por las salchichas de cerdo bañadas en un simple y sencillo sofrito de tomate, cebolla y un par de cayenas. Es una de mis muchas debilidades. Además, es un plato capaz de aguantar en el frigorífico varias jornadas a la espera de la más mínima oportunidad.

Las salchichas de cerdo se llevan bien creo que con casi todo. Admite muchos compañeros en el viaje gastronómico. Así, a bote pronto, estoy recordando socorridas elaboraciones con cebolla, con setas, al vino blanco, con salsa de mostaza o de queso azul, nadando entre macarrones o como aderezo a unos espaguetis, al horno con puré de patatas...

En este particular reconocimiento a las salchichas de cerdo, no puedo olvidarme de los grandes momentos que me regaló "mi bocadillo" de salchichas y pimientos verdes fritos que se arropaban entre dos rebanadas de pan con tomate. Hace muchos años que no me doy semejante capricho. Lamentablemente, el apartado bocadillos, para mí, casi ha pasado a la historia. Solo su recuerdo hace que "se me salten las lágrimas de la emoción". Cualquier día de estos que la báscula me lo permita, me haré un bocadillo de esta nostalgia.

Ay, salchichas! Tan anónimas, tan sencillas,  tan humildes y sabrosas.














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