lunes, 16 de enero de 2017

00415 El Croque-Monsieur

CRUJIENTE EMPAREDADO


Es mi sándwich preferido de fiesta y homenaje. Aún gustándome a rabiar, lo tomo de ciento a viento, para mí estómago es una bomba, y esto hace que, llegado el caso, me recree en su degustación. Empiezo por dar cuenta de las cuatro esquinas del emparedado para,  paso a paso, llegar hasta el centro donde se concentra todo el cremoso sabor del afrancesado y untuoso sándwich. Este último bocado se convierte en una auténtica delicia.

Llevado por la curiosidad, me he interesado por conocer su origen, pero nada se dice de su primer hacedor ni de las musas que inspiraron esta afamado y crujiente emparedado. Lo más que he llegado a leer al respecto es que "el croque-monsieur apareció por primera vez en la carta de un café parisino en el año 1910, si bien se desconoce el origen de la palabra". Marcel Proust en su obra "À l'ombre des jeunes filles en fleurs", publicada en 1919, lo menciona por primera vez: "ahora bien, al salir del concierto, como, al reanudar el camino que va hacia el hotel, nos habíamos detenido un momento sobre el muelle, mi abuela y yo, para intercambiar algunas palabras con la Sra. de Villeparisis que nos anunciaba que había solicitado para nosotros en el hotel unos 'croque-monsieur' con huevos a la crema..."

Hay muchas variantes para su elaboración. La que traslado a continuación es la que más me gusta y menos complicaciones tiene dentro de su sencillez. En primer lugar, prepararemos una salsa bechamel que dejaremos enfriar una vez elaborada. Hazla según tengas costumbre. A continuación, tomaremos dos rebanadas de pan de molde que sean un poco consistentes, capaces de soportar todos los ingredientes que iremos añadiendo. Untamos con generosidad una de las rebanadas de pan y añadimos una loncha de jamón cocido y otra de queso Emmental. Untamos la otra rebanada de pan de molde y la colocamos sobre el queso, de tal manera que la bechamel quede en contacto con él. Una vez montado el sándwich vertemos sobre él, de manera generosa, más bechamel y finalizamos espolvoreando una buena cantidad de queso para gratinar. Sólo nos quedará ya introducir el emparedado en el horno, precalentado a 200 grados centígrados, por espacio de unos 10 minutos. Transcurrido este tiempo, dejaremos el sándwich 5 minutos más en la función de gratinado para que se tueste ligeramente la parte superior. Los tiempos mencionados dependerán del tipo de horno. La clave está en conseguir un sándwich cremoso y que se funda el queso.



No hay comentarios:

Publicar un comentario