domingo, 25 de septiembre de 2016

00367 Será por Flores

PEPINOS, NI UNO


No voy a ocultar mi ilusión y mi decepción en un punto y seguido. A falta de huerto tradicional, -una de mis muchas pasiones, ahora en "stand by" u obligada carencia-, me aventuré esta primavera a organizar mi pequeño huerto urbano en la terraza de casa. No es lo mismo pero era una manera de quitarme el mono de tierra y recompensa. Algún que otro conocido me había trasladado sus satisfactorios logros conseguidos y animado a que lo intentara. Así que me puse manos a la obra.

Hice provisión de buenas macetas, grandes maceteros, tierra y abundante dosis de ilusión, algo que nunca debe faltar. En cuanto a semillas, opté por aquellas que pensé podrían dar un apetecible resultado: calabacín, pepino, pimiento y tomate. Se trataba de mi primer huerto urbano y tampoco era cuestión de venirse muy arriba. Planté las semillas en tiempo y forma. Pronto comenzaron a brotar las plantas y con ellas mi satisfacción y expectación. Las verdes hojas de calabacines y pepinos no se hicieron esperar, no así las de las tomateras y pimenteras que se mostraron algo más perezosas. La cosa parecía prometer. Las dos primera empezaron a coger cuerpo al mismo tiempo que lo que no debían; una plaga de pulgón que combatí rápidamente pero que dejaron su mella en las plantas.


Mientras pimenteras y tomateras se lo tomaron con calma, las plantas de pepino y calabacín iniciaron su floración, sobre todo las primeras. ¡Qué gozada! Flores y más flores de un intenso color amarillo aparecían cada día. Me relamía pensando en los platos de pepino que iba a cenar y con los gazpachos de mil maneras que intentaría elaborar con tan excepcional materia prima.  Pero no, las flores escasamente me hacían compañía tres o cuatro días para pasar a mejor vida. Alguna hasta me mostró el fruto que no sería más grande que los guiones que acompaño (------------------). Pregunté del por qué a los entendidos en la materia. Será exceso de agua. A pasar sed. Será que tiene mucha flor. A cortar flores. Será... No se qué fue, el caso es que ni un pepino de muestra. Caso similar sucedió con las plantas de calabacín, tomateras y pimenteras.

Reconozco que me sentí un tanto frustrado y que recogí con rabia mi aprendiz de huerto urbano. Pasado el tiempo me dijeron varias fuentes que este año no había sido nada bueno para la huerta. Ahora, pasado el tiempo también, observo las fotografías y rememoro los gratos momentos que pasé al lado de estas diminutas flores amarillas y que tan entretenido e ilusionado me tuvieron. No hubo frutos, es cierto. Quiero pensar que tuve la oportunidad de disfrutar de una curiosa planta ornamental. La vida me ha enseñado de forma tozuda que todo en ella es una mera cuestión de matices.












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