miércoles, 13 de julio de 2016

00325 Los Perfumes de las Noches Estivales

EVOCACIÓN


Ya he comentado en alguna ocasión que me considero un buen coleccionista de olores. Una afición que no ocupa lugar, práctica y buena fuente de inspiración capaz de transportarme a parajes y situaciones en un principio casi olvidadas. Puede que sea mi sentido más presto y activo. 

Acabo de leer que el olfato, además de estar muy vinculado a las emociones, es el sentido que tiene un mayor impacto en nuestra memoria, mayor incluso que lo que percibimos por los ojos. Al parecer, las personas recordamos hasta el 35% de lo que olemos frente al 5% de lo que vemos. Además,   nuestra memoria es capaz de percibir hasta 10.000 aromas distintos, aunque únicamente es capaz de reconocer 200 olores. Al hilo de estos datos y según estudios realizados, la mayoría de las personas evocamos momentos felices con ciertos olores gracias a que el olfato es un sentido con un gran poder evocador y asociado a situaciones vividas, a la infancia, a personas conocidas o ciudades visitadas.

Esta noche no tengo sueño. La temperatura nocturna ha bajado notablemente y un ligero viento se ha incorporado al hasta ahora quedo paisaje. Se está bien. A mi olfato llegan olores de forma intermitente. Ahora geranio entremezclado con albahaca. Petunia, lilium y de nuevo albahaca.También a suavizante. Vengo observando en las últimas noches que alguien en la vecindad tiende la ropa a estas horas. Huele bien. La noche parece más aseada. Inmerso en mi desvelo recurro a poner en práctica lo leído con anterioridad. ¿A qué huelen mis noches estivales y con qué momento o lugar se relacionan?

En este caso no será el olor quien me transporte sino que seré yo quien lleve el perfume al lugar. No me detendré en pormenores. De hacerlo así, me llevaría ésta y sucesivas noches en el cumplimiento de la propuesta. Es tan sólo un juego en el preámbulo de recibir al sueño. Una especie de "Un, dos, tres... responda otra vez de las evocaciones". Así que por veinticinco emociones, relacionar lugares, situaciones o personas con perfumes de las noches estivales. Por ejemplo y ya que ha aparecido el olor a geranio, "el de los geranios y los balcones de la casa de mi madre que daban a la calle Artigas". "Un, dos, tres... responda otra vez": "el de los geranios y los balcones de la casa de mi madre que daban a la calle Artigas"; "el del pan recién horneado de la panadería Porta, también en la calle Artigas"; "el seductor olor de las peonias del huerto de Alerre", "las aromáticas tomateras, sí, también del huerto de Alerre "; "el inconfundible olor de las refrescantes tormentas de Cerler"; "el aroma a agua de hierbas desprendido del primer beso en algún banco del parque y que despuntaba a algo que pretendía ser amor"; "la albahaca fresca en las noches festivas de la ciudad de Huesca"; "el olor a freiduría en los paseos nocturnos en algún lugar de Huelva"; "la fragancia a jazmín en un dilatado hasta mañana"; "la profusión de olores en un 'tomar la fresca' en Alcalá de Gurrea"; "el de la hierba buena de un mojito bajo las estrellas"; "el olor a boj que trepa desde el Subordán"; "el del melocotón en la terraza a la espera del vino"; "el perfume de las adelfas de un lugar ya perdido"; "el que llega de un mar susurrante y oscuro"; "a patatas fritas y una cerveza en tiempo de espera"; "a brasa y sardina en no importa qué esquina"; "el olor a cloro al tomar la luna"; "el que percibo de alguna siega esperanzada"; "el olor a libro entrada la noche"; "la fragancia de la....." 

El tiempo se acaba que no los evocadores olores. El sueño con olor a almohada llama.






















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