viernes, 3 de junio de 2016

00302 El Pastel de Carne de Isabel

BUENÍSIMO POR UNANIMIDAD


Hace días que no me empleo "a fondo" en la cocina. También hace ya unas cuantas entradas a este blog que no participo de mis apetencias gastronómicas. He de reconocer que he  estado más ocupado en las cosas de adentro que en las de afuera. Hoy, vencida una nueva batalla, me apetecía volver a trajinar entre cacharros y salir de la comida de asalto.

No sé por qué me ha venido a la cabeza un pastel de carne que me enseñó a hacer mi sobrina Isabel. Económico, rápido, sencillo y que cuenta con el aplauso de toda mi unidad familiar. Isabel, creo recordar, lo hizo con motivo de alguna multitudinaria reunión. Me pareció, nos pareció exquisito. Un plato sin complicaciones, con sabor, ligero y libre de interpretaciones. Ya he comentado en alguna ocasión mi afición a poner nombres a platos en recuerdo y como referencia a quien me enseñó a hacerlos. De aquí lo de Pastel de Carne de Isabel cuando en realidad es un Pastel de Carne con Cebolla. En cuanto a lo de libre de interpretaciones, es porque a la carne se le puede echar las especias que más gusten. Admite lo que se quiera, pero siempre dentro de un orden. De hecho, el que nos hizo mi sobrina llevaba trocitos de bacon.. Me he acordado cuando el pastel estaba ya en el horno. Maldita costumbre de no apuntar las cosas.

Con olvido incluido me he puesto manos a la obra. A los 800 gramos de carne picada le he añadido dos rebanadas de pan de molde previamente mojadas en leche, dos huevos, un ajo cortado muy fino, un poco de orégano, pimienta molida, sal y un sobre de sopa de cebolla deshidratada. Una vez bien mezclada la masa, la he depositado en un molde de silicona que he introducido en el horno pre calentado a 180 grados por espacio de 45 minutos. Así de sencillo.

Además, he recuperado una costumbre que hacía días tenía abandonada y que no es otra que fotografiar el plato y mediante un was, comunicar a mis niñas lo que les espera para comer. Las respuestas no han podido ser más entusiastas.

Se puede comer frío o caliente. Eso sí, para cortarlo es necesario que se enfríe y compacte bien. Hoy lo he acompañado con unas hojas de lechuga. Mañana con un puré o con unas patatas fritas. Ya veré.


 





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