lunes, 22 de febrero de 2016

00234 Los Pimientos Rellenos de Morcilla

CALARON HONDO

El pimiento, sea cual sea su especie, es muy versátil a la hora de admitir rellenos. Su sabor es fácilmente adaptable con otros alimentos. Una de las entradas de este blog recoge ya los pimientos rellenos de bechamel de la abuela Sara y que tan gratos recuerdos rememoran.

Hoy traigo hasta aquí los pimientos del piquillo rellenos de morcilla a los que, con permiso del ideólogo del plato, añadiré la coletilla de Gloria. Es mi manera de identificarlos. Dos elementos que por separado nos encantan, pimiento y morcilla,  y que juntos y en unión, nos entusiasman.

La primera vez que los probamos fue hace un par de años por estas fechas. Hotel Mediodía en la entrañable localidad altoargonesa de Plan. Fin de semana en pareja. Gran nevada nada más llegar en una cerrada noche. El comedor dispuesto en una terraza acristalada. Ambiente cálido y acogedor. Cocina casera y tradicional, y entre las sugerencias de la casa, los pimientos del piquillo rellenos de morcilla. Del resto, ni me acuerdo por más que intento recordar. Sé que fue una plácida cena y que los pimientos nos calaron hondo.

Gloria tomó buena nota de la propuesta y a los pocos días los elaboró en casa "a su manera". Desde entonces se ha convertido en un plato con sabor a fiesta, encuentro o celebración. Aunque en esta tierra tenemos buenas morcillas, a Gloria le gusta hacerlos con morcilla de Burgos. El resultado se nos antoja más sabroso.

Como en todas las elaboraciones, cada maestrillo tiene su librillo, su gusto y preferencia. Así es como los hace Gloria y son espectaculares.

Ingredientes: 2 morcillas de Burgos, 16 pimientos del piquillo, 1 cebolleta, 1 manzana reineta, 1/2 litro de nata líquida para cocinar y aceite de oliva.

Preparación: Picar la cebolleta y pochar en un poco de aceite de oliva. Hacer la misma operación con la manzana pelada. Quitar la piel de la morcilla y freír en un poco de aceite. Cuando veamos que está frita, añadir la cebolla y la manzana. Remover hasta que quede una masa uniforme. Dejar enfriar. Cuando la masa esté fría, rellenar los pimientos con la ayuda de una cucharilla. Calentar la nata líquida y echar sobre ella cuatro pimientos desmenuzados que ligaremos con la nata hasta que se diluyan y quede una salsa ligeramente espesa. Colocar los pimientos rellenos en una bandeja de horno, verter por encima de los pimientos la salsa e introducir la bandeja al horno con el gratinador encendido. Servir una vez veamos que los pimientos están gratinados.








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