lunes, 30 de marzo de 2015

00041 Las Chimeneas

CHAMINERAS


No me refiero a esas chimeneas que se han convertido en un icono del paisaje industrial o como he podido leer en algún estudio sociológico, en una "imagen cuya presencia incomoda por su inquietante abismo que transfiere los humos al cielo".

Mis chimeneas son más humildes, más domésticas y ancestrales. Son construcciones sobre tejados que invitan a la reflexión y a la contemplación. Son estructuras sobre casas con alma. De calor y de cuento en torno a un fuego. De salida de inequívocos sabores y de anuncio, si hay humo, si hay fumo,  de que hay todavía vida, afortunadamente, bajo ella. Y por muchos años, añado.

Las chimeneas que a mí me gustan son esas que fijan mi atención y mi mirada. Aquellas en las que intento adivinar y que me dicen, por sus fuegos, cuantos moran en la aldea. Las que me trasladan otrora temores y supersticiones. Las chimeneas que me hablan de mondongo y de calderos. De luces de vela y ventanas de asomo.

Las de construcción artesana. Las que miran al valle en busca de aliento. Las de esbelta y orgullosa figura, y las que apenas asoman del tejado. Estas también. Las chimeneas que me gustan hablan de amores y desencuentros, de pactos y tratos, de futuro incierto y presente abierto.

Las chimeneas de las que yo hablo se alzan en la tierra a la que amo.

"Y cuento contau, por a chaminera s'ha escapau"





domingo, 29 de marzo de 2015

00040 El Banco Azul

DOMINGO DE RAMOS


No te extrañes al verme y además, sólo. Está todo bien. ¿Por mi cámara de fotografía preguntas? La he dejado en casa. Para lo que busco, me bastará con el iphone. ¿Las niñas? Se han quedado en casa. Están ya de vacaciones. Sí, están ya muy mayores. Están hechas ya unas señoritas. Tendrías que ver lo guapas que están. Sí, lo sé, hace ya algún tiempo que no las ves. No, no me he perdido. He venido a verte. 


¿Sabes? Me he marcado un reto; publicar en un blog, "diez mil cosas que me gustan". ¿Por qué? Digamos que es como una necesidad, una especie de autoterapia. Sí, me da un poco de vértigo y a veces hasta estoy tentado de tirar la toalla. El caso es que esta mañana me han recordado que hoy es Domingo de Ramos y he pensado que con toda justicia uno de esos millares eres tú. Así que he venido aquí para hacerte unas cuántas fotografías y poder de esta manera ilustrar esta ficha. ¿Cómo no voy a conservar las decenas de fotografías que nos hemos hecho aquí junto a ti? ¿Qué cosas dices? ¡Claro que las guardo! ¡Hasta las que están desenfocadas! El protagonista hoy eres tú. Sólo tú. Además, no creo que a las niñas les haga mucha gracia que su padre suba a su blog fotografías suyas con sus lazos, sus palmas, sus granos en la cara, sus enfados y hartazgos por posar una, dos, tres y catorce veces y soportar los cientos de besos y carantoñas retratados. Me imagino diciéndome al unísono si así fuera, "pero papaaaaaá".

No tienes que agradecerme nada. Al contrario, yo a ti. A ti, por ser ese marco idóneo y perfecto al que cada Domingo de Ramos veníamos, primero sólo con Loreto, durante siete años, y luego con Loreto y Jara, nueve años más, para dejar constancia del paso del tiempo, de nuestro tiempo.  Has sido nuestro listón familiar marcado en la pared. La piedra amable donde dejamos constancia de nuestra felicidad y de nuestras no pocas ilusiones. Y no me interrumpas. Eres ese rincón amable de la ciudad que toda ciudad precisa. Serás el punto de referencia del grato recuerdo y el camino ineludible por si hubiera algo que recuperar. Por eso y por muchas cosas más, que tendrías que preguntar a tu predecesor banco azul de madera de la "Rosaleda" del Parque de Huesca, he venido hoy a visitarte.

Tranquilo, que vendré más a menudo a sentarme. Ahora, en primavera, con un libro, como hacía antes. Sí, ya les diré a las niñas, pero lo de hacerse fotografías, ya no te lo aseguro. Igual más adelante. De tu parte. Hasta pronto,  Banco Azul del parque.















sábado, 28 de marzo de 2015

00039 Gloria Fuertes

CABRA SOLA

No me acordaba. Veo ahora que en Bilbao compré, el 19 de marzo de 1981, mi primer libro de Gloria Fuertes, "Obras Incompletas". Y mucho debió cautivarme su poesía pues observo que el 30 de marzo de ese mismo año, en la librería Lavaxeta de la capital vizcaína, adquirí un segundo volumen, "Historia de Gloria". Luego pasarían otros títulos a formar parte de mi íntima biblioteca. 

Hace tiempo que no los releo para sonreírme con ella. Hoy puede ser un buen día. Soy cuidadoso con los libros, si bien estos dos ejemplares a los que hago referencia, debieron hacer algunos cientos de kilómetros para ser testigos de mis sueños en más de una mesilla de noche.

Me gustaba -y gusta- Gloria por la facilidad que tenía a la hora de decir las cosas complejas, por su amor rendido a la vida humana, por expresar con ironía, nada fácil por cierto, el cotidiano sentir repleto de amores, desamores, miedos, soledades y esperanzas. Directa, sencilla, sin reglas, solo con la disciplina de escribir cada día con el caza mariposas de su imaginación.


El 20 de enero de 1989 en mi querida e inolvidable Radio Monzón tuve el privilegio de entrevistarle a través del teléfono. Lo hice en el programa nocturno que presentaba y dirigía, "Sueños de Papel". En esta ocasión me acompañaron mis buenas amigas Carmen Escudero y Conchi Lumbierres. Nada más escucharle decir, "Buenas noches",  con su voz cascada y rota, otras mariposas revolotearon por mi estómago. Éramos niño y niñas con zapatos nuevos. La poeta, como así gustaba definirse, que había dejado su voz en calles, plazas, bares y colegios, esa noche también la iba a dejar en una pequeña emisora de radio de una pequeña localidad oscense. 

La poeta que supo como nadie ponerle zapatillas a la soledad para llevarse bien con ella, la escritora de poemas de sol y bruma, nos dijo con su inconfundible voz que "estaba mejor, pero peor" y que le daba igual escribir en "el tren, un autobús, en la terraza de su casa,  debajo de un árbol o en la mesa camilla" desde donde nos estaba hablando. Fue una noche, la recuerdo como si fuera ayer, llena de magia, de palabra y de sinceridad.

La mujer autodidacta y poéticamente desescolarizada, como gustaba decir, nos enseñó que su humor es una forma crítica de deconstruir la realidad en un intento de descubrir la verdad de las cosas. 


 Con su muerte, en noviembre de 1998, se fue su risa y nos quedó el silencio.

Finalizo con el poema con el que Gloria Fuertes, tras su saludo nocturno, inició aquella querida emisión radiofónica.


CABRA SOLA

 

Hay quien dice que estoy como una cabra;

lo dicen, lo repiten, ya lo creo;
pero soy una cabra muy extraña
que lleva una medalla y siete cuernos.
¡Cabra! En vez de mala leche yo doy llanto.
¡Cabra! Por lo más peligroso me paseo.
¡Cabra! Me llevo bien con alimañas todas.
¡Cabra! Y escribo en los tebeos.
Vivo sola, cabra sola
—que no quise cabrito en compañía—,
cuando subo a lo alto de este valle,
siempre encuentro un lirio de alegría.
Y vivo por mi cuenta, cabra sola;
Que ya a ningún rebaño pertenezco.
Si sufrir es estar como una cabra,
Entonces sí lo estoy, no dudar de ello.

viernes, 27 de marzo de 2015

00038 El Teatro

QUE NUNCA FALTE

Vocación frustrada o sentido común. Fue, entre otros, mi deseo en la juventud. Quizás por "mis primeros pinitos" de aquel entonces, porque hubo quien me lo hice amar o por todos los mágicos misterios que lo envolvían, el caso es que el teatro me atrajo como un imán. Su disciplina, su compromiso, el ambiente de camaradería existente en todas y cada una de las puestas en escena, todos los sueños compartidos, los ensayos a hurtadillas, la emoción y los nervios ante el estreno, la voz atrapada por la timidez y el miedo escénico. Todo era cautivador. Y yo, parecía tener claro cual iba a ser mi dedicación profesional.


Pero no, cuando me "atreví" a confesar mis intenciones, una voz con gesto contrariado me dijo: "Primero, estudias. Después, puedes hacer lo que quieras". Y me lo dijo alguien que también amaba el bello arte de Talia y con quien compartí frente al televisor, en blanco y negro, todas las entregas de "Estudio 1". 


En ese momento no lo entendí. Me sentí muy incomprendido, contrariado y decepcionado. Había que sentirse así, era la edad quien lo marcaba. ¡Cuántas veces me he acordado de esa tajante voz, de su momentáneo enfado y de su sentido común!

De cualquier manera, algo me debió quedar de aquella época. Alguna simiente se me colaría por algún dobladillo de mis pantalones, porque, ¡anda que no!, la cantidad de veces que he tenido que representar papeles que no me correspondían e improvisar comedias para salir airoso de determinadas situaciones. Pero eso, son otra historias.


Hace tres años tuve la oportunidad y el privilegio de entrar a formar parte del Aula de Teatro y Poesía que se realiza en el Centro Cultural "Palacio de Villahermosa", de la mano de María Pilar Goded y Julia Lera. Toda una vital experiencia que comparto con un buen número de compañeros y que no citaré porque seguro que alguno me podría dejar y sería injusto por mi parte. Y me parece escuchar de nuevo la voz, pero ahora en un tono más suave y complacido.

Me divierte, me entretiene, disfruto, aprendo, comparto, me ilusiona..., me faltarían palabras para describir lo que siento; para expresar mi felicidad cuando soy llamado para hacer de doctor, de señor maduro o de viejo cascarrabias. Es como un volver a empezar, pero con la diferencia de que no hay nada que demostrarle al futuro. Es tan solo placer.











jueves, 26 de marzo de 2015

00037 La Pintura

PINTAR

Soy un apasionado de la pintura, pero lo soy todavía más si cabe,  de los lienzos, pinceles y tubos de colores. Tengo una larga lista de pintores como referencia y no descarto tendencia, estilo o corriente alguna, si bien tengo en el realismo y en el impresionismo mi debilidad.

Siempre me ha gustado el arte y la pintura, pero no fue hasta hace unos diez años cuando empecé a echarle horas, no todas las que me gustaría, e intentar quitarme miedos y vergüenzas. De esto último, poco a poco. 

Sería bajo las directrices de mi maestro, qué hermoso vocablo, y pintor oscense, Pepe Alvira. Es curioso, pero una de mis primeras entrevistas radiofónicas se la haría a él en su pequeño estudio hace ya algunos/bastantes años. Quien me iba a decir a mí que el destino,  en forma de afición,  nos haría reencontrarnos. Con paciencia, mucha paciencia, Pepe ha sabido captar mi atención y dedicación al noble arte de pintar, hasta tal punto que creo ahora, no entendería mi vida sin la posibilidad de manchar lienzos, conjugar colores, formas y materializar sensaciones, previamente captadas en imágenes. 

Pepe es un enorme pintor con una técnica exquisita y depurada. Sé que nunca le llegaré ni al tobillo. Verle pintar y aprender en el día a día es una auténtica delicia. Y lo más importante, me siento feliz. 

Más azul, hay que conseguir darle al cuadro más profundidad, es un milagro que puedas pintar con estos pinceles, ya lo veo, ya casi lo tienes... Y mientras tanto, Gaspar, Teresa, Silvia, Loreto, Sandra y Elisa disfrutan con sus trabajos. Hablamos de la vida, de nuestros hijos, de sus estudios, de alguna noticia que nos ha llamado la atención. En años precedentes, también de política. Ahora ya no. Llegábamos a enfadarnos y no nos merece la pena. Pintar y discutir no casan bien.

El tiempo con un pincel en la mano adquiere otra dimensión. Pasa rápido, excesivamente veloz. De momento, otra cosa que he superado gracias a la pintura, ha sido mi impaciencia. Ahora sé esperar. No es bueno ya correr para casi nada. Casi todo puede esperar. Me lo dice así la  pintura. Y le hago caso. 









martes, 24 de marzo de 2015

00036 La Ilusión

EL MOTOR DE LA VIDA

Si una cosa tengo clara en mi permanente mar de dudas, es esta: la ilusión es el motor de la vida. Sin ella, resulta harto difícil afrontar el día a día, bajarte de la cama en tan solo un gesto y calzarte las zapatillas en la primera intentona.

La ilusión es la voz de la esperanza, el sueño encorvado que un día, sin esperarlo, te atrapa. Es un permanente susurro al oído, un aliento sin disfraz, desnudo e imprevisto. La ilusión es el caldo caliente del invierno, reparador y necesario; la fruta fresca y conciliadora en cualquier tarde de estío.

Ilusión por lo que tengo y contengo, por lo que tiene que llegar y porque seguro que así será. Ilusión por la partida y el abrazo de bienvenida. También ilusión por el obstáculo no salvado; en la próxima quizás.

Ilusión por el amor desinteresado, por ver crecer, también por ver menguar. Ilusión por el poema no aprendido y el verso desprovisto. Por ellos también ilusión.


¿Qué serían de mis días, de tus días, sin ilusión? La nada. Una cadena sin eslabones, algo parecido a un sinfín. Una sucesión de vértigos, un aplauso cohibido.

P.D. Si has llegado a leer estas líneas y consideras también que la ilusión es el motor de tu vida, deja en este post alguna pista, una sugerencia. Estaré encantado de mantenerla y compartirla.





sábado, 21 de marzo de 2015

00035 Las Ventanas

CURIOSIDAD


Despiertan curiosidad. Imagino vidas más allá del cristal. Luces y sombras iguales al devenir. Historias sin nombre. Capítulos inacabados de rostros desconocidos que se hacen las mismas preguntas que yo me hice ayer, hoy y posiblemente mañana.

Las ventanas cuentan y miran. Te ven y suspiran. Las ves y fantaseas. Las ventanas son escenarios diminutos en busca de autor. Una luz en penumbra, un cuadro inacabado, una estantería de obras incompletas, el marco perfecto para la atención. Sobra todo y no falta de nada.

La mirada perdida que se encuentra con unos ojos errantes. La tentación desnuda que se viste de añoranza mientras la ceniza cae sin consuelo al abismo de la nada.

Las ventanas enmudecen y gritan ante el espectáculo de lo cotidiano. Entonces un gato se asoma o está, nunca he sabido discernir la diferencia, y se pinta una imagen doméstica de plácida armonía. 

Hablan del ayer, del hoy y del previsible mañana. De lo que fueron y de lo que son sin atreverse a predecir el mañana. Las ventanas son algo más que un respiro al exterior, más que un respiradero de luz. Son el alivio del que mora y la fuga del que transita.




00034 Lastres

DOCTOR MATEO


Podría tratarse de cualquier municipio con las miras puestas en la costa cantábrica. Cualquier pequeña localidad anónima de paso y laboreo desapercibido. Un punto bello y despistado en la geografía al que le faltaba un reclamo para ser admirado. 

Y llegó. Llegaron Mateo, Gonzalo de Castro, Juana, Rosario Pardo, Tom, Daniel Freire, Alfredo, Alex O'Dogherty, Adriana, Natalia Verbeke, Carol, Lulú Palomares, y Elena, María Esteve, para contarnos historias humanas y entrañables del día a día escritas en un pueblecito costero, San Martín del Sella, en la ficción, Lastres para la ocasión.

Una tele serie que en mi casa supo atraparnos hasta el punto de esperar con impaciencia la entrega semanal. Nos cautivaron los personajes con sus alegrías, desdichas y emociones. El ambiente que envolvía cada escena. Su luz y los escenarios elegidos. Había que conocer tan "idílico" lugar. Y así lo hicimos. En la habitual escapada a Asturias desde Santander marcamos el itinerario hasta Lastres. 


La serie había concluido tras cinco temporadas y algo más de medio centenar de capítulos. Unos carteles excesivamente artesanales conducían al curioso visitante por los escenarios donde se había rodado la serie. Resultó curioso. Y resultó no menos curioso comprobar como realidad y ficción eran tan distantes. Con todo,  el pequeño pueblo de postal invitaba a ser paseado para reconocerlo en tu imaginario.

Lastres es una parroquia y villa marinera pertenecientes al concejo de Colunga, en la zona oriental del Principado de Asturias. En el año 1992 su casco histórico fue declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Histórico y en 2010 recibió el premio "Pueblo Ejemplar", otorgado por el Príncipe de Asturias. El pueblo, con casas construidas en dos o tres alturas, con piedra vista o revoco en blanco, busca el puerto a través de tortuosas, estrechas y empinadas calles. Balcones y galerías acristaladas parecen animar el, en ocasiones, fatigado caminar.



Con apenas dos mil habitantes, la vida de Lastres se basa en la pesca, -próspera ya desde el siglo XIII, con una numerosa flota dedicada a la pesca del bonito, sardina y merluza-, la agricultura y un creciente turismo, originado por la presencia en sus cercanías del Museo del Jurásico de Asturias.

De obligada visita es la Iglesia parroquial de Santa María de Sádaba, construida en 1757 y declarada Monumento en 1992, las capillas del Buen Suceso y de San José, sendas del S. XVII, la Torre del Reloj, originaria del S. XV, la ermita de San Roque y por supuesto, el puerto pesquero.