miércoles, 16 de diciembre de 2015

00199 Las Piedras

REFUGIOS DEL ALMA DORMIDA

Hace días que seleccioné unas, para mí,  hermosas piedras que fotografié en una apacible excursión. Me parecieron hermosas por su color, su disposición y forma. Me resultaron atractivas para llevarlas al óleo como tantas otras que he fotografiado con esa misma intención y que nunca he materializado.

Están en el escritorio del ordenador a la espera de mi definitiva atención. Un día y otro las miro, me recreo en ellas, me lanzan sugerencias, las descarto y sigo con mi habitual quehacer. Como tantas otras cosas, están presentes pero olvidadas de dedicación.

Esta mañana, por casualidad, he leído una frase que me ha recordado que mis piedras aguardan pacientes mi humilde reflexión, "Y a todos aquellos que un día lanzaron piedras sobre mí. ¡Gracias! porque con ellas he construido los muros de mi casa donde hoy habita mi alma". No sé de quien es la sentencia. No por conocer su autoría van a dejar de gustarme estas 27 palabras que me transportan, ahora sí, a mis fotografiadas piedras.

Últimamente, mi alma, mis sueños y alguna que otra ilusión caminan conmigo errantes buscando acomodo. A veces, alma, ilusión y sueños se me manifiestan cansados, abatidos, perdidos e incluso huidizos. Les digo que no reblen, que sean pacientes, que no lo den todo por perdido. Les manifiesto de forma enérgica que en cualquier instante, cuando menos lo esperen, llegará el ansiado cobijo.

Vuelvo a mirar las piedras. Esas piedras que en estos días me han hablado de fortaleza ante la vida, de frialdad ante las emociones, de dureza ante la adversidad, de la pesadez de la sin razón, del silencio insolidario, de las  palabras vacías y de tanta mentira escrita.

Hoy he vuelto a mirar esas piedras para pedirles perdón por el perezoso abandono, y un favor; que construyan los muros de mi casa donde puedan habitar mi alma, mis sueños y mi ilusión.







No hay comentarios:

Publicar un comentario