sábado, 24 de octubre de 2015

00152 El Membrillo o Membrillero

CYDONIA OBLONGA O EL REENCUENTRO

Árbol desapercibido hasta que asoma su fruto. Sus parientes, el manzano y el peral. Su amigo, el otoño.

Desde hace tres años el membrillo, llegado el mes de octubre, ha pasado a formar parte de uno de nuestros entretenimientos domésticos. Es demasiado duro y agrio para comerlo crudo, así que intentamos sacarle otros provechos en forma de carne de membrillo, jalea e incluso nos atrevemos a elaborar el afamado "coc de Fraga". Todo irá apareciendo por este caleidoscopio vital.

Cualquiera de las elaboraciones mencionadas pasan por la cocción del fruto que desprende un olor familiar, querido. Mientras escribo estas líneas, Gloria está pelando membrillos. Es paciente. La cocina huele a membrillo, el pasillo también, prácticamente toda la casa huele a membrillo. Mis pensamientos abandonan el presente para acercarme imágenes de hace cincuenta años. De forma decidida me llevan de nuevo a Alcalá de Gurrea. A la segunda planta de la casa de mis abuelos. Allí, en el distribuidor de las alcobas, una gran cómoda,  o por lo menos así siempre me pareció, grande. Y en sus cajones,  entre sábanas, toallas de lino y mantelerías, un membrillo; el "Vernel" de esos días.

Recuerdos a dulce poncho de Navidad y a lata de colores de dulce de membrillo que, una vez consumido, pasaría a ser caja de hilos, de cromos o guardián de algún tesoro. Recuerdos a merienda no querida de patio de colegio. Sí, me acuerdo. Sólo el pan, el membrillo al suelo,  para la colección de pegotes.

Durante muchos años desapareció de mi dieta hasta que descubrí el queso fresco con membrillo, debilidad de mi hermano Antonio.  Muchas noches esa es mi cena, cómoda y frugal. Deseada cuando llega el otoño y el membrillo casero de Gloria.

A propósito, nunca he entendido la expresión de "eres un membrillo". He buscado su significado pero no encuentro respuesta concreta. Se hace referencia a la ingenuidad, la necedad o la tontuna. No sé qué tiene que ver el pobre membrillo con ello. En este intento por hallar respuesta he leído cosas curiosas sobre el membrillo. Por ejemplo, que su cultivo quizá fue anterior al de la manzana y que es posible que la "manzana" citada en el Cantar de los Cantares, fuera en realidad un membrillo. O que entre los antiguos griegos se ofrecía membrillo en las boda, un rito que llegó de Oriente con el culto a Afrodita y permaneció sagrado. Plutarco relata que las novias griegas mordían un membrillo para perfumar su beso antes de entrar en la cámara nupcial a fin de que el primer beso no fuera desagradable.







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