domingo, 2 de agosto de 2015

00083 La Ermita de Loreto

SANTUARIO LAURENTINO

Bajo la 
advocación del Patrón de la Ciudad de Huesca, San Lorenzo, se asienta este santuario sobre lo que fuera un antiguo pueblo o villa, llamado Loret y Lauret. Cuenta la tradición que hacia el siglo III, en esta ubicación vivieron  Santa Paciencia y San Orencio, padres de San Lorenzo y de su hermano San Orencio

A tan solo tres kilómetros de la capital oscense se encuentra el Santuario de la Virgen de Loreto, obra construida entre los años 1594/1777. Las primeras noticias que se tienen de su existencia datan del siglo XII, perteneciendo la iglesia a la Real Casa de Montearagón. Reedificada en 1387 a instancias del Papa Clemente VII, será Felipe II quien promueva en Loreto la fundación de un convento de Agustinos Calzados en 1594.

El edificio actual, construido por Juan Torres, provine de 1740 y su fachada herreriana, trazada por Jerónimo Segura Bocanegra, fue concluida por Gabriel Rubio en 1756. Se trata de una construcción mixta de sillería y ladrillo, que reserva su labor de piedra para su fachada y estructura perimetral hasta el arranque de las bóvedas, forjando en ladrillo los fustes de los pilares interiores y el resto del edificio.

El actual santuario surge vinculado a San Lorenzo y su familia. Será mucho después cuando incorpore la devoción a la Virgen de Loreto. Según publica Manuel Tomé Bosqued, "el primer oratorio cristiano pudo surgir poco después de la muerte de San Lorenzo, aunque la primera noticia segura es de 1102, cuando se estipula su dependencia del abadiado de Montearagón, edificio con el que la catedral está alineado visualmente". En 1240 se funda la primera cofradía en honor del mártir oscense y se establece la romería del 1 de mayo.

San Orencio y Santa Paciencia, los padres de San Orencio y San Lorenzo, según la creencia más aceptada, fueron un matrimonio de nobles labradores que vivieron en Loreto, seguramente una alquería, a mediados del siglo III. En el camino que lleva de Huesca a la Ermita de Loreto, un monumento con una inscripción, indica el lugar en el que, según la tradición, Santa Paciencia esperaba a Lorenzo y su hermano a la vuelta del colegio.

San Lorenzo, Patrón de Huesca junto a San Vicente Mártir, fue diácono del Papa San Sixto II y murió ejecutado por los romanos pocos días después del pontífice, en el año 258, durante la persecución de Valeriano, al negarse a entregar los bienes y archivos de la comunidad cristiana. La leyenda lo asocia al martirio de ser asado vivo en una parrilla.

Una más que resumida historia para situar este Santuario Laurentino muy afecto a la Ciudad de Huesca. De amable tránsito hasta llegar a él por cualquiera de los caminos elegidos y de amables y atractivas vistas en cada paso andado. Lugar de referencia para el devoto o andarín. Para el paseo apresurado o para el caminar medido, mimado y contemplado. Su ubicación y cercanía, un privilegio. Su silueta en la lejanía, un objetivo. Llegar y orar, una necesidad. 

Loreto es también el nombre de mi primera hija.
















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