miércoles, 29 de julio de 2015

00076 Muro de Roda

UN CONJUNTO ESPECTACULAR

Este especial emplazamiento se ubica en la parte más alta de la sierra de Gerbe. Al conjunto religioso-militar se accede desde la localidad de Tierrantona, núcleo principal del altoaragonés valle de la Fueva. Se llega a través de una pista forestal de condiciones variables, según la climatología. Puede utilizarse un vehículo normal aunque es recomendable hacerlo con un 4x4.

Cuando hacemos referencia a un lugar elevado, solemos a continuación loar sus espectaculares y maravillosas vistas. En este caso no es una alabanza gratuita ni traída por capricho. El dominio visual sobre los valles de la Fueva y del Cinca es total, y un privilegio si en nuestra visita tenemos la suerte de recrearnos con el mar de nubes que se forma, a poniente, sobre el embalse de Mediano.

Hoy deshabitado, las primeras referencias toponímicas medievales de Muro, según leo, dan las formas Muro y Muri, y la principal que el Muro Maioren, que en bajo latín significa el Muro Mayor y que señala la importancia que debía de tener. Se sabe que con ese nombre se conoció la fortificación en sus primeros años, hasta que en el siglo XII, por la pérdida de importancia estratégica, dejó de ser una posesión real y fue cedida al obispado de Roda de Isábena, de donde se supone que ganó el apelativo de Roda.

Muro de Roda se comenzó a fortificar en el año 1017 bajo el reinado de Sancho III el Mayor, en una época en la que en el condado de Sobrarbe se consagraron algunas iglesias y se fortificaron aldeas y castillos. De esa primera etapa data la ermita de San Bartolomé de Muro de Roda como la capilla que servía a la fortificación. 

En una segunda tanda de construcciones, en el siglo XII, se levantó la peculiar iglesia de Santa María de la Asunción, posiblemente coincidiendo con la devastada torre, de base cilíndrica, que casi al mismo tiempo había habido y de la que sólo ha quedado una parte de los cimientos, debajo de los ábsides del templo.

En los siglos XV, XVI y XVII la iglesia y las construcciones de la localidad sufrieron remodelaciones. Así, destacan los cubos de la muralla perimetral del recinto, desarrollados en el siglo XVI, o el campanario de la iglesia parroquial de la Asunción, remodelado la última vez en el siglo XVIII.


La localidad la conforman dos barrios. El primero es más alto y antiguo y se encuentra a la altura del tozal del Muro y aprovecha parcialmente un discreto saliente de peña por la parte occidental para mejor defensa, estando completamente rodeado de muralla. El otro es más bajo en altitud y lo forman algunas casas y construcciones alrededor de la antigua Casa de la Villa, la escuela y la ermita de San Bartolomé.


La muralla está declarada Bien de Interés Cultural y delimita un perímetro de forma ovalada, con unos 150 metros de amplitud máxima y unos 50 en la mínima. El grueso de los muros es de 1,57 metros y llegan hasta los 4 metros de altura.


El perímetro amurallado y las iglesias de la Asunción, San Bartolomé y Santa Bárbara fueron restaurados por el Gobierno de Aragón entre los años 1999 y 2010.

El recorrido por esta joya del patrimonio altoaragonés es necesario hacerlo de forma pausada, desmenuzando con la vista cada piedra, cada rincón, cada sombra y cada espacio donde antes hubo vida.


























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