domingo, 29 de marzo de 2015

00040 El Banco Azul

DOMINGO DE RAMOS


No te extrañes al verme y además, sólo. Está todo bien. ¿Por mi cámara de fotografía preguntas? La he dejado en casa. Para lo que busco, me bastará con el iphone. ¿Las niñas? Se han quedado en casa. Están ya de vacaciones. Sí, están ya muy mayores. Están hechas ya unas señoritas. Tendrías que ver lo guapas que están. Sí, lo sé, hace ya algún tiempo que no las ves. No, no me he perdido. He venido a verte. 


¿Sabes? Me he marcado un reto; publicar en un blog, "diez mil cosas que me gustan". ¿Por qué? Digamos que es como una necesidad, una especie de autoterapia. Sí, me da un poco de vértigo y a veces hasta estoy tentado de tirar la toalla. El caso es que esta mañana me han recordado que hoy es Domingo de Ramos y he pensado que con toda justicia uno de esos millares eres tú. Así que he venido aquí para hacerte unas cuántas fotografías y poder de esta manera ilustrar esta ficha. ¿Cómo no voy a conservar las decenas de fotografías que nos hemos hecho aquí junto a ti? ¿Qué cosas dices? ¡Claro que las guardo! ¡Hasta las que están desenfocadas! El protagonista hoy eres tú. Sólo tú. Además, no creo que a las niñas les haga mucha gracia que su padre suba a su blog fotografías suyas con sus lazos, sus palmas, sus granos en la cara, sus enfados y hartazgos por posar una, dos, tres y catorce veces y soportar los cientos de besos y carantoñas retratados. Me imagino diciéndome al unísono si así fuera, "pero papaaaaaá".

No tienes que agradecerme nada. Al contrario, yo a ti. A ti, por ser ese marco idóneo y perfecto al que cada Domingo de Ramos veníamos, primero sólo con Loreto, durante siete años, y luego con Loreto y Jara, nueve años más, para dejar constancia del paso del tiempo, de nuestro tiempo.  Has sido nuestro listón familiar marcado en la pared. La piedra amable donde dejamos constancia de nuestra felicidad y de nuestras no pocas ilusiones. Y no me interrumpas. Eres ese rincón amable de la ciudad que toda ciudad precisa. Serás el punto de referencia del grato recuerdo y el camino ineludible por si hubiera algo que recuperar. Por eso y por muchas cosas más, que tendrías que preguntar a tu predecesor banco azul de madera de la "Rosaleda" del Parque de Huesca, he venido hoy a visitarte.

Tranquilo, que vendré más a menudo a sentarme. Ahora, en primavera, con un libro, como hacía antes. Sí, ya les diré a las niñas, pero lo de hacerse fotografías, ya no te lo aseguro. Igual más adelante. De tu parte. Hasta pronto,  Banco Azul del parque.















No hay comentarios:

Publicar un comentario