martes, 24 de marzo de 2015

00036 La Ilusión

EL MOTOR DE LA VIDA

Si una cosa tengo clara en mi permanente mar de dudas, es esta: la ilusión es el motor de la vida. Sin ella, resulta harto difícil afrontar el día a día, bajarte de la cama en tan solo un gesto y calzarte las zapatillas en la primera intentona.

La ilusión es la voz de la esperanza, el sueño encorvado que un día, sin esperarlo, te atrapa. Es un permanente susurro al oído, un aliento sin disfraz, desnudo e imprevisto. La ilusión es el caldo caliente del invierno, reparador y necesario; la fruta fresca y conciliadora en cualquier tarde de estío.

Ilusión por lo que tengo y contengo, por lo que tiene que llegar y porque seguro que así será. Ilusión por la partida y el abrazo de bienvenida. También ilusión por el obstáculo no salvado; en la próxima quizás.

Ilusión por el amor desinteresado, por ver crecer, también por ver menguar. Ilusión por el poema no aprendido y el verso desprovisto. Por ellos también ilusión.


¿Qué serían de mis días, de tus días, sin ilusión? La nada. Una cadena sin eslabones, algo parecido a un sinfín. Una sucesión de vértigos, un aplauso cohibido.

P.D. Si has llegado a leer estas líneas y consideras también que la ilusión es el motor de tu vida, deja en este post alguna pista, una sugerencia. Estaré encantado de mantenerla y compartirla.





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